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lunes, 10 de julio de 2017

Manolo “Teniente”: “Tiro. Cuarto día en el Líbano”



Hoy es domingo 9 de julio, estamos esperando casi toda la mañana que nos concedan permiso para entrar en uno de los tres campos enclavados en la ciudad de Tiro, que está a una distancia de Sayda-Sidón hacia el Sur de unos 40 Km. Más al Sur, a unos 25 Km ya se llega la frontera con el estado de Israel, aunque los palestinos siempre hablan de la frontera Palestina.
Según la repartición que estableció Naciones Unidas el 29 de Noviembre de 1947 a través de la Resolución 181 para los futuros estados de Palestina e Israel, esta zona fronteriza con Líbano se adjudicaba a Palestina, siguiendo hasta la ciudad de Acre y Nazaret; todo ese territorio hoy forma parte del estado de Israel ya que lo ocupó por la fuerza en la guerra de 1948. Pongo foto del mapa del reparto de 1947.
Los campos de refugiados palestinos del sur de Líbano (se considera sur desde la entrada norte de Sayda-Sidon hasta la frontera con Israel) no son campos abiertos, sino que están cercados por alambradas y muros; para poder salir o entrar en ellos hay que tener papeles de refugiado y enseñarlos en los controles que el Ejército Libanés tiene en los accesos a los campos. Esto es solo en el Sur y por exigencias de Israel (alegando razones de seguridad contra los terroristas). Los campos de Beirut y los del norte de Líbano son campos abiertos, integrados en el entorno urbano de las ciudades. Es por ello que para entrar en los campos del Sur necesitamos una autorización especial.  Finalmente, no conseguimos el permiso (por la lentitud de la burocracia) para visitar los de Tiro, pero igualmente fuimos a la ciudad y tuvimos una entrevista con Admah Murad, responsable político del FPLP para los tres campos de Tiro. Estos son Rashidieh y Burj al-Barajneh, que tienen un número aproximado de 30.000 habitantes cada uno de ellos y miden 1 kilómetro cuadrado en cada caso y el de El Buss, que es más pequeño y que aglutina a unas 6.000 personas.
La entrevista la hacemos en un chiringuito a pie de playa, cercano a las antiguas ruinas de la ciudad originaria de Tiro. El nombre griego de Týros significa roca, y hacía alusión a que la parte principal de la ciudad estaba en una isla cerca de la costa. Alejandro Magno tuvo que construir una lengua de tierra para poder llegar a la ciudad y tomarla con su ejército. El asedio de la ciudad duró 7 meses en el 333 A.C. y desde entonces ambas partes están unidas. Una de las fotos es mía, de las ruinas excavadas en esa zona y otra de las fotos, (tomada del blog de Hachero, un reportero de Canal Sur) es de la zona del campo de refugiados de El Buss. Las ruinas romanas y fenicias fueron descubiertas y excavadas a finales de los 90 cuando el campo de refugiados ya llevaba allí 50 años, por lo que los refugiados viven entre ruinas de los antiguos imperios. Especialmente son importantes las ruinas romanas, con el mayor hipódromo romano de la época con capacidad para 40.000 espectadores. Fueron los fenicios de Tiro los que fundaron ciudades con Málaga y Cádiz y conforman por tanto también parte del crisol de la diversidad cultural y étnica de Andalucía.
El compañero Admah que siente no haber conseguido los permisos a tiempo para visitar el campo de refugiados si nos habla de los problemas de estos. De forma especial menciona la afectación de la enfermedad de Talasemia en un gran número de habitantes del campo de El Buss. Esta es una enfermedad hereditaria que afecta a la sangre y produce anemia, mortal en los casos de bebes nonatos, con alta mortalidad de los fetos y en el primer año de vida. En los mayores se manifiesta como insuficiencia de crecimiento, fatiga, dificultad de respiración y muertes prematuras por insuficiencia cardiaca. Los palestinos creen que tal extensión de la enfermedad en el campo se debe a la consanguinidad en las uniones matrimoniales, ya que al tratarse de una enfermedad hereditaria los riesgos de transmitirla aumentan con las uniones entre familiares cercanos. Esto es un índice del aislamiento y del gueto en que viven los palestinos en campos cerrados.
Nos vuelve a mencionar el paro como problema fundamental. Toda la zona de la costa de Tiro está llena de plantaciones de plátanos por lo que los palestinos de los campos tienen ocasión de trabajar en ellos. Pero los salarios son inferiores a los que pagan a los libaneses, y no pagan seguros de ningún tipo. Además, la llegada de refugiados sirios, o palestinos huidos de Siria, ha agravado la situación al estar estos dispuestos a trabajar por salarios aún más bajos. La política del Gobierno de Líbano es la de que los palestinos y los sirios no puedan trabajar en general, aunque expiden permisos de trabajo para actividades y épocas puntuales.
Por otra parte, una de las actividades económicas fundamentales dentro de los campos, la construcción, que da trabajo y aumenta la habitabilidad, normalmente con el aumento del volumen de las edificaciones en vertical, también está vedado ya que el gobierno también impide la entrada de materiales de construcción en estos campos, justamente para que no se pueda aumentar la habitabilidad y el número de refugiados. En realidad, lo que le gustaría al gobierno de Líbano es que se marcharan de los campos y se fueran a otro sitio, que viendo las posibilidades reales, la única opción es tirarse al mar para cruzar a Europa con el riesgo de morir en el intento y además volver a sufrir el calvario de inmigrante indeseado. A nuestros compañeros del FPLP les preocupa sobre todo el aumento del pesimismo y la despolitización de la juventud y trabajan prioritariamente las actividades sociales colectivas culturales y deportivas.
Volvemos a Sayda-Sidón después de haber conversado con Admah y de haber disfrutado del chiringuito y de la mezcla del pescado a la brasa y las comidas árabes como humus. Justamente en este lugar observamos con claridad lo que nuestro guía Adel nos había comentado. La zona de Tiro es de población mayoritaria chiita y con un predominio local absoluto del partido de Hizbulá. En principio, la propaganda nos dice que Hizbulá (que quiere decir el Partido de Dios) por su carácter religioso es más integrista en costumbres que los partidos sunnitas. Sin embargo, mientras en Saida-Sidón de mayoría sunní no puedes encontrar una cerveza en toda la ciudad, en Tiro es fácil no solo encontrar cervezas sino cualquier tipo de licor; por otra parte, en la playa donde estábamos, y aunque había mujeres bañándose con vestidos completos, también había muchas en biquinis y trajes de baños normales en las costas españolas. Esta situación en Gaza por ejemplo sería impensable y no es baladí la observación, sino que se corresponde con el programa político de Hizbulá de defender un estado laico, democrático y respetuoso con las costumbres y las ideologías de la diversidad de religiones y culturas que conviven en Líbano.
El lunes 10 de julio tenemos previsto viajar a Trípoli en el norte del país y a unos 30 Km de la frontera con el sur de Siria, para visitar el Campamento de refugiados de Badawi, que este sí, es un campamento abierto.
Saludos fraternales.
Manolo García


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